Almas.

No hay refugios en medio de la noche.
Sólo existe el silencio. La amenaza. El espacio habitado por los miedos.
Donde la angustia excede la palabra que se aviene a nombrarla.
Cierto hedor a carroña anuncia que es el tiempo en que la lacra emerge a cazar hembras. Las presas convenientes a sus voracidades.
Dentro del automóvil, la lumbre del cigarro aguarda por oscuras discreciones que apaguen el sonido de los pasos.
Pero no está al acecho.
Sació toda su sed de omnipotencia en la fragilidad de las mejillas, los ojos, los mentones que se acumulan en el maletero. Afirmó su poder, su salvajismo, su saña sin amarras. Aplacó el hambre antigua violentando los sexos de estudiantes, empleadas, camareras, mano de obra barata en las maquiladoras. Empalando inocencias en las niñas que escogieron un nuevo itinerario.
Ya les hizo saber quién es el amo.
No se siente culpable. Para nada. Ellas se lo buscaron. Usando vestimenta inapropiada y vagando a deshora por las calles.
Después se hacen las buenas.
Cuando es tarde. Cuando han sido juzgadas por esta sociedad de los patriarcas que no puede frenar la omnipotencia desnuda, poderosa, excediendo los músculos mientras la adrenalina realiza su trabajo. El aire ingresa a furia en los pulmones. Las pupilas dilatan su eficacia. Y el corazón cabalga, desbocado. Cada vez más indómito, más fuerte. Cada vez más salvaje.
Debajo de la luna, la muerte es un gemido ascendiendo la escala del espanto. Un sonido de voces mendigando por diezmos de clemencia. Antes de que las fauces la traguen de un bocado. Resulten tan inútiles las fosas como cada pancarta. Y ni siquiera califiquen cruces para clamar al cielo con sus flores de plástico.
Otras veces, después del escarmiento, escupe los despojos en estas coordenadas del olvido donde nada despierta a la tragedia.
Y aquí quedan.
Los rostros florecidos como dalias moradas.
Quebrantados los tallos entre manos robustas. Grabada cada huella de tormento en la piel abatida. Oprimidas, ahogadas, sometidas hasta que al fin migró de su memoria la identidad de luz que las nombraba.
Rehenes perentorias de la muerte, siempre es gracioso ver como el abismo las toma por sorpresa. Estéril ya la fe de sus pupilas.
Detrás de las descalzas misoginias deambulan los amigos ocultando evidencias, difamando, encubriendo, amordazando a fuerza de sobornos el consuelo del llanto.
Pero en esta ocasión, algo sucede apenas se deshace de los cuerpos en la tierra baldía. Nada más los expone a la rapiña de los depredadores, un vaho ceniciento comienza a deslizarse por los lindes del campo hasta fundirse en turbios ectoplasmas.
Cuando resuena el golpe de la puerta al cerrarse, cuando el motor se enciende en retirada, decididos a todo, apresuran la marcha. Se introducen, tenaces, entre las hendiduras, los burletes, los vanos, las bisagras.
Blancas las telas blancas del sudario. Blancos los blancos huesos. Blancas las carnes ebrias de gusanos. Blancas las muecas blancas de sus bocas abiertas en la desmesurada dimensión del aullido.
Severos, rigurosos, en toda la impiedad de su venganza.

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Biobibliografía

Parte de su obra ha obtenido numerosas distinciones entre las cuales se encuentran el Primer Premio y Mención de Honor Certamen Poético Provincial "Alfonsina Storni", Santa Fe, Argentina, (1988), Segundo Premio Certamen Poético Nacional "Plaza de los Poetas `José Pedroni´" Santa Fe, Argentina, (1989), Primer Premio Edición Certamen Poético Regional "Rosalina Fernández de Peiroten" Santa Fe, Argentina, (1990), Primer Premio Edición Certamen Poético Internacional "Villa de Martorell", Barcelona, España (1992), Primer Premio Internacional de Narrativa “Alicia Moreau de Justo” Buenos Aires, Argentina, (2010)
Condecorada por la Fundación Reconocimiento Alicia Moreau de Justo por su actitud de vida (1999), ha actuado como panelista, conferencista, periodista cultural y jurado en escenarios nacionales e internacionales y ejercido la Presidencia de la Asociación Santafesina de Escritores (1997-2001) y la Co-dirección de la revista Gaceta Literaria de Santa Fe (1997-2007)
En el año 2005 fue nombrada Ciudadana Santafesina Destacada por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe “por su talentoso y valioso aporte al arte literario y periodismo cultural y por sus notables antecedentes como escritora en el ámbito local, nacional e internacional”.
Fundadora y coordinadora del Movimiento Internacional de Escritoras “Los puños de la paloma”, desde 2007 ejerce la dirección de la revista de literatura Gaceta Virtual, Editorial Alebrijes y La Biblioteca, proyectos solidarios de difusión literaria que operan a través de Internet.

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