Maldición.

Flota un silencio extraño. Una tregua entre oscuros vaticinios.
Transgredido el vallado, la noche abofetea sus mejillas con furia extraordinaria.
Apenas se da cuenta de que el vuelo ya no es producto de la soñolencia con que el alcohol sosiega sus escrúpulos.

Entonces arremeten los recuerdos. Las súplicas nacidas a través de los mocos y la sangre. Y la inaudible voz que lo denuncia. Y las excecraciones que lo injurian. Antes de que sus manos en el cuello silencien los reproches. Permuten el pigmento de las pieles. Agolpen el azul sobre aquel rostro de asombro adolescente. Descalifiquen a ese dios sin nombre que convocan los miedos a ser ejecutor de su castigo.
El placer de observar en las pupilas los últimos segundos de existencia. Su silbante agonía detonando en la postrimería de la muerte.
Él, irguiéndose al pie de la deshonra. Aliñando el tumulto del cabello. Izando el pantalón a su cintura. Prolijando los pliegues de su pulcra camisa. Curando las heridas de los puños.
Arrastrando el cadáver hasta el fondo del pozo. Sin dignidad. Sin nombre. Sin papeles. Sin braga. Junto al saquito verde, la pollera escocesa, la blusa desgarrada, los zapatos atados con cordeles. La cruz con que su fe la protegía de tantos predadores.
Y luego, simplemente, ocupar el asiento de su auto. Fumar un cigarrillo con fruición infinita. Regodearse en la entraña del aroma. Sentir rodar el temple de un buen whisky en la calmosa sed de su garganta. Las veces que su mente lo juzgue necesario.
Alejado por fin de obstinaciones, desvelos, vigilancias. Encuentros azarosos muy bien organizados en los alrededores del colegio. Pesadillas donde la perseguía. Persecuciones donde la soñaba.
Tranquilo hasta la próxima demanda de esa espesa lujuria que lo hostiga a partir de los días de su infancia. Ignora las precisas coordenadas. Pero siempre lo toma por asalto, lo sustrae de sí, lo conmociona. Lo acerca hasta los bordes de un abismo desde donde regresa cada vez más oscuro. Más tortuoso. Siniestro. Solapado.
Encender el motor con parsimonia y girar sobre el pasto para marcar el rumbo del sendero paralelo a la vieja carretera. Como si nada hubiera sucedido. Como si todo en este mundo fuera apresurar el paso. Acelerar el tiempo del retorno a sus hipocresías.
Mirarse en el espejo. De soslayo. Y no encontrar los rasgos inocentes bajo el mechón de pelo emblanquecido. Ni percibir un rastro de ternura que lo salve de todos los infiernos con que fue amenazado en el lenguaje donde se entrecruzan encantamientos y supersticiones.
Alcanzar la autopista mientras el velocímetro se alimenta de asfalto. Consume la extensión del pavimento. Se acerca a la tutela de los puentes.
Al amparo del pueblo que buscará algún rastro en la mañana. Que romperá la urdimbre del silencio aunque nadie responda a sus llamados.
Recelar de esa sombra intimidante plantada justo en medio de la ruta. Con las cuencas vacías y una sonrisa infausta que invitan a eludirla. Bruscamente.

La luna está sangrando. Siente frío.
Un sigilo de nieblas lo recibe trepando por los bordes del barranco.

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Biobibliografía

Parte de su obra ha obtenido numerosas distinciones entre las cuales se encuentran el Primer Premio y Mención de Honor Certamen Poético Provincial "Alfonsina Storni", Santa Fe, Argentina, (1988), Segundo Premio Certamen Poético Nacional "Plaza de los Poetas `José Pedroni´" Santa Fe, Argentina, (1989), Primer Premio Edición Certamen Poético Regional "Rosalina Fernández de Peiroten" Santa Fe, Argentina, (1990), Primer Premio Edición Certamen Poético Internacional "Villa de Martorell", Barcelona, España (1992), Primer Premio Internacional de Narrativa “Alicia Moreau de Justo” Buenos Aires, Argentina, (2010)
Condecorada por la Fundación Reconocimiento Alicia Moreau de Justo por su actitud de vida (1999), ha actuado como panelista, conferencista, periodista cultural y jurado en escenarios nacionales e internacionales y ejercido la Presidencia de la Asociación Santafesina de Escritores (1997-2001) y la Co-dirección de la revista Gaceta Literaria de Santa Fe (1997-2007)
En el año 2005 fue nombrada Ciudadana Santafesina Destacada por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe “por su talentoso y valioso aporte al arte literario y periodismo cultural y por sus notables antecedentes como escritora en el ámbito local, nacional e internacional”.
Fundadora y coordinadora del Movimiento Internacional de Escritoras “Los puños de la paloma”, desde 2007 ejerce la dirección de la revista de literatura Gaceta Virtual, Editorial Alebrijes y La Biblioteca, proyectos solidarios de difusión literaria que operan a través de Internet.

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