Domingo.

Durante el breve lapso en que la sombra rodea su figura, disfruta del cigarro. Los ojos son dos cálices sombríos frente al embarcadero del estanque.
El monumento al rey Alfonso XII apenas si comienza a despojarse del bullicio de niños y remeros, familias y turistas que están abandonando los jardines.
Con sicus y guitarras, grupos de ejecutantes callejeros abandonan los ritmos jubilosos para iniciar la suave cadencia de otros cantos. Los que engendran la ausencia y la nostalgia.
En postura de audacia, de insolencia, de total desenfado, desde el bar de la esquina, la joven de profusa cabellera, rojiza cual las hojas de los viejos cipreses, transfiere la frialdad de sus pupilas sobre el cuerpo fibroso que adivina bajo el gabán gastado.
El hombre retribuye la mirada.
Aprecia, malicioso, el óvalo del rostro como perfecto marco para los labios frescos, para los dientes finos, el color de los iris grisazules y las breves ojeras.
Sonríe al escucharla ordenar la bebida en ese castellano forastero con el que intenta, en vano, pasar inadvertida.
A la luz de las lámparas que ya han sido encendidas en el parque entrecruzan, entonces, sus señales.
Cuando llega hasta ella, luego de los saludos y las presentaciones, de intercambiar banales conjeturas acerca de un presagio de llovizna, comentado el desorden que antecede a la mudanza de las estaciones y el cruel cercenamiento de los días, la seducción sucede como una alquimia plena.
Deambulan los desiertos senderos del Retiro mientras coinciden en que la existencia es un acto de breves conmociones. Que llegada y partida son un soplo, una muesca tallada en las estrellas, un entreabrir de párpados. Que la vida es apenas un instante y hay que gustarla a pleno.
Al alcanzar la fuente donde el ángel caído se convierte en estatua, la luna puntualiza los perfiles del vuelo derrotado. Esquematiza el gesto que comprende la impiedad del castigo. Contornea las sierpes que lo amarran.
De pronto, el diálogo atraviesa regiones de temores, de peligros latentes, de leyendas. Vampiros, hombres lobos, asesinos seriales, protagonizan todos los relatos, en tanto buscan zonas más oscuras y aumenta su deseo.
Embriagados de mutuo escepticismo, celebran con sarcasmo todas y cada una de las supersticiones que archivan las memorias colectivas.
Una gresca de ardillas se desata, de pronto, en lo alto del roble.
Tomada por sorpresa, ella busca el amparo de sus brazos en un gesto de angustia calculada. O sumisión total y primitiva.
Con gesto protector, el macho de la especie cobija el sobresalto. Concede una ternura que no siente. Arrebuja la risa contenida contra la simetría de su pecho.
Recién cuando el respiro se sosiega, cuando el cerco apretado de los brazos se transforma en urgencia, inclina la cabeza, se sumerge en la piel que lo convoca.
Los guardias apostados junto a la escalinata con leones rampantes, la echadora de cartas cerrando el tenderete, los ancianos guardando sus trebejos, algunos parroquianos rezagados, se santiguan y muerden oraciones hasta que cesa el grito agonizante. Hasta que el viejo aullido que les hiela la sangre se oculta en el silencio de la noche.
Hacia el antiguo predio de las fieras, arrastrado por fauces poderosas, el cuerpo inanimado transpone los pilares de ladrillos. Resbala por mayólicas azules.
Naufraga en el olvido

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Biobibliografía

Parte de su obra ha obtenido numerosas distinciones entre las cuales se encuentran el Primer Premio y Mención de Honor Certamen Poético Provincial "Alfonsina Storni", Santa Fe, Argentina, (1988), Segundo Premio Certamen Poético Nacional "Plaza de los Poetas `José Pedroni´" Santa Fe, Argentina, (1989), Primer Premio Edición Certamen Poético Regional "Rosalina Fernández de Peiroten" Santa Fe, Argentina, (1990), Primer Premio Edición Certamen Poético Internacional "Villa de Martorell", Barcelona, España (1992), Primer Premio Internacional de Narrativa “Alicia Moreau de Justo” Buenos Aires, Argentina, (2010)
Condecorada por la Fundación Reconocimiento Alicia Moreau de Justo por su actitud de vida (1999), ha actuado como panelista, conferencista, periodista cultural y jurado en escenarios nacionales e internacionales y ejercido la Presidencia de la Asociación Santafesina de Escritores (1997-2001) y la Co-dirección de la revista Gaceta Literaria de Santa Fe (1997-2007)
En el año 2005 fue nombrada Ciudadana Santafesina Destacada por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe “por su talentoso y valioso aporte al arte literario y periodismo cultural y por sus notables antecedentes como escritora en el ámbito local, nacional e internacional”.
Fundadora y coordinadora del Movimiento Internacional de Escritoras “Los puños de la paloma”, desde 2007 ejerce la dirección de la revista de literatura Gaceta Virtual, Editorial Alebrijes y La Biblioteca, proyectos solidarios de difusión literaria que operan a través de Internet.

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