Robo.

Como todos los viernes en la noche el bar está colmado por oficinistas, profesores, empleados de comercio, jóvenes que eligieron esta noche entre todas las noches de su dura semana para pasarla bien y descubrirse.
En la atmósfera densa fundada por el humo flotan suaves fragancias que alientan el contacto.
Incapaz de advertir ninguna cosa que no sea ese rostro difumado entre las bocanadas de tabaco, espera por el tiempo en que sus ojos terminen encontrándose.
Piensa que habrán de suceder las pieles, la atracción, el encanto, las seducciones del deslumbramiento. Imagina que, de alguna forma, están predestinados. Nacidos a encontrarse en su mundo de encastres solitarios.
La observa con un aire de avaricia tal como si no hubiera ninguna otra mujer para sus sueños. Pero ella, distraída, desatiende el total sometimiento que irradia su mirada.
Sin embargo, toda tenacidad rinde sus frutos. Y al cabo de una etapa que le parece eterna la fuerza del llamado consigue que ella gire la cabeza.
Bajo las mechas de cabello oscuro, esas pupilas verdes centellean, refulgen, encandilan, lo envuelven en la esencia de sus fuegos.
Veterano en combates y estrategias, lo considera un gesto suficiente como para acercarse con premura a su espacio en la barra.
Con el pretexto de pedir un trago se ajusta a la estrechez que le resigna el sitio entre banquetas.
Es un buen cazador, después de todo. Acostumbrado al puntual cumplimiento de las reglas, da comienzo a los ritos del cortejo. Atenciones, requiebros, roces leves sin perder la sonrisa ni el aplomo. Manteniendo el control sobre la presa.
Cuando salen, despacio, hacia la noche, la resguarda al amparo de su brazo derecho. Así se internan en la calle oscura, rutinaria, propicia, diferente, que comienza a cubrirse con los copos de una inicial nevada.
Al llegar a la esquina, debajo del semáforo, se inclina justo al borde de sus labios para robarle un beso.
Frente a la casa a oscuras, la mujer se detiene. Hurga en el bolso hasta encontrar la llave. Y, sin mediar palabra, descorre los pestillos.
Simulando una cierta displicencia acepta disfrutar la última copa a resguardo del frío. Sonríe con malicia mientras se queda a solas viendo como se aleja el cuerpo joven con el burdo pretexto de quitarse el abrigo.
Después de saborear, de deleitarse, de degustar a fondo la bebida, deposita el cristal sobre la mesa.
Ha llegado el momento de buscarla.
Abandona bufanda y gabardina sobre el sillón enorme e intenta recorrer con paso firme el largo de la sala.
Pero al cruzar la estancia experimenta una torpeza extraña. No domina las piernas. Trastabilla.
Aún alcanza a observar junto a la cama el bolso y los zapatos antes de desplomarse, sorprendido, frente al cuarto de baño.
No logra comprender lo que sucede. Necesita pensar, buscar respuestas, recordar el origen del encuentro, el especial sabor de la bebida.
Lo interrumpe la puerta que se abre para enmarcar, con una luz intensa, la figura descalza, la camilla, los pulcros instrumentos, la bañera cubierta por los cubos de hielo.

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Biobibliografía

Parte de su obra ha obtenido numerosas distinciones entre las cuales se encuentran el Primer Premio y Mención de Honor Certamen Poético Provincial "Alfonsina Storni", Santa Fe, Argentina, (1988), Segundo Premio Certamen Poético Nacional "Plaza de los Poetas `José Pedroni´" Santa Fe, Argentina, (1989), Primer Premio Edición Certamen Poético Regional "Rosalina Fernández de Peiroten" Santa Fe, Argentina, (1990), Primer Premio Edición Certamen Poético Internacional "Villa de Martorell", Barcelona, España (1992), Primer Premio Internacional de Narrativa “Alicia Moreau de Justo” Buenos Aires, Argentina, (2010)
Condecorada por la Fundación Reconocimiento Alicia Moreau de Justo por su actitud de vida (1999), ha actuado como panelista, conferencista, periodista cultural y jurado en escenarios nacionales e internacionales y ejercido la Presidencia de la Asociación Santafesina de Escritores (1997-2001) y la Co-dirección de la revista Gaceta Literaria de Santa Fe (1997-2007)
En el año 2005 fue nombrada Ciudadana Santafesina Destacada por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe “por su talentoso y valioso aporte al arte literario y periodismo cultural y por sus notables antecedentes como escritora en el ámbito local, nacional e internacional”.
Fundadora y coordinadora del Movimiento Internacional de Escritoras “Los puños de la paloma”, desde 2007 ejerce la dirección de la revista de literatura Gaceta Virtual, Editorial Alebrijes y La Biblioteca, proyectos solidarios de difusión literaria que operan a través de Internet.

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