Vampiro.

Viene siguiendo el rastro del venado.
Dos veces el rocío ha caído a las huellas de los cascos sobre el suelo del bosque.
Pero antes de acceder a la meseta, la vagina secreta de la noche deposita la luna encima de los árboles.
El hombre descabalga y busca algún reparo donde pasar las horas hasta que raye el alba. Luego libera al potro cerca del arroyuelo que susurra en mitad de la floresta para que forrajee.
Tallado en lo tupido de un silencio de siglos, busca ramas caídas para encender hoguera mientras entona cantos consagrados a la memoria antigua de su raza.
Cuando florece el fuego alejando el umbral de las penumbras, el cielo se convierte en una cueva donde callan los pájaros. Entonces, los dedos de la lumbre se vuelven más inquietos, y fragmentos de bóvedas lejanas fundan la dimensión de alguna estrella.
Desde el amparo tibio de su manta asume posición junto al desnudo ardor de la madera. Un sitio protegido donde el sueño lo deje reponer el aliento antes de continuar, como los lobos, su jornada de caza.
Mientras mastica un trozo de tasajo, los ojos permanecen capturados por el brutal chasquido de los troncos y la vehemencia roja de las lenguas consumando el ritual del sacrificio.
Siente que el Gran Espíritu lo observa. Que una energía extraña oscila entre las sombras. Que el Oso y la Serpiente lo acompañan. Que la Mujer Tarántula teje sus entramados en aquel bastidor de urdimbres claras.
Revisa en el zurrón de piel de gamo hasta hallar la vasija moldeada en barro negro. Entreabiertos los labios, permite que la esencia del magüey le impregne el paladar con su sabor ahumado.
Después de algunos tragos, la verde mescalina del peyote altera su conciencia y la mirada recupera un vuelo de inocencia primaria. Y surgen de las llamas los rostros de las madres. Los rostros de las madres de las madres. Los infinitos rostros de las madres que parieron la tierra.
Si bien no nacen voces de sus bocas, parecen advertirle, señalarle, anunciarle el peligro que lo acecha si vaga tras de sí la antigua bebedora de la savia, la que excava en la carne y rompe yugulares.
Desde los cuatro sitios del planeta llegan los gan, espíritus del monte, a azuzar la energía de las ramas. Y aunque distingue el eco de su nombre fielmente repetido entre los laberintos de sus venas y presiente legiones de demonios más allá de los límites que impone la abrasadora luz de la fogata, acepta su delirio como el camino exacto que lo conduce al centro, al corazón vital de los enigmas donde la misma tierra engendra profecías.
Finalmente se duerme al compás del silencio que crece poco a poco.
Aislado en intimistas desvaríos, no escucha la inquietud en los ollares, el bufido, las coces defensivas, los pasos sigilosos de la mujer con rasgos de murciélago. No huele la textura de la sangre, el borbollón final con que la vida abandona el resguardo de su cauce.
Cuando el trinar ingenuo despierta la montaña, largos hilos de niebla se deslizan por la sinuosidad de los barrancos, rodean el sopor de los helechos.
Apenas un asomo de tibieza resiste en el rescoldo.
El hombre carga al hombro sus avíos y avanza lentamente. A su espalda, tendido en un colchón de agujas verdes, las crines encharcadas, el cadáver de su cabalgadura ha asumido el rigor de los olvidos.

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Biobibliografía

Parte de su obra ha obtenido numerosas distinciones entre las cuales se encuentran el Primer Premio y Mención de Honor Certamen Poético Provincial "Alfonsina Storni", Santa Fe, Argentina, (1988), Segundo Premio Certamen Poético Nacional "Plaza de los Poetas `José Pedroni´" Santa Fe, Argentina, (1989), Primer Premio Edición Certamen Poético Regional "Rosalina Fernández de Peiroten" Santa Fe, Argentina, (1990), Primer Premio Edición Certamen Poético Internacional "Villa de Martorell", Barcelona, España (1992), Primer Premio Internacional de Narrativa “Alicia Moreau de Justo” Buenos Aires, Argentina, (2010)
Condecorada por la Fundación Reconocimiento Alicia Moreau de Justo por su actitud de vida (1999), ha actuado como panelista, conferencista, periodista cultural y jurado en escenarios nacionales e internacionales y ejercido la Presidencia de la Asociación Santafesina de Escritores (1997-2001) y la Co-dirección de la revista Gaceta Literaria de Santa Fe (1997-2007)
En el año 2005 fue nombrada Ciudadana Santafesina Destacada por el Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe “por su talentoso y valioso aporte al arte literario y periodismo cultural y por sus notables antecedentes como escritora en el ámbito local, nacional e internacional”.
Fundadora y coordinadora del Movimiento Internacional de Escritoras “Los puños de la paloma”, desde 2007 ejerce la dirección de la revista de literatura Gaceta Virtual, Editorial Alebrijes y La Biblioteca, proyectos solidarios de difusión literaria que operan a través de Internet.

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